El procedimiento fue iniciado de forma activa por este despacho profesional, tras recibir un cliente diversas demandas durante los años 2013 y 2014 en las que existían similitudes en modus operandi y participación.
Finalmente, la Audiencia Provincial de Jaén, tras casi diez años de procedimiento, ha condenado a diez acusados de simular la muerte accidental de caballos para estafar a aseguradoras, como autores de delitos de estafa, maltrato animal y falsedad en documento oficial.
Dos de los condenados, que eran titulares de explotaciones ganaderas equinas y tratantes de caballos, actuaban de forma coordinada para poner de manifiesto accidentes que, o bien no habían ocurrido, o bien eran premeditados y provocados, simulando atropellos a los animales por parte de vehículos o, en su caso, agresiones por parte de otros equinos, todo ello con el fin de reclamar a las aseguradoras unas indemnizaciones por valores muy superiores al real. Esos propietarios de explotaciones pretendían eludir el vínculo de titularidad recurriendo a otras personas con las que tenían estrecha relación, mediante la confección de contratos de compraventa simulados, de forma que aparentemente fuera ese “tercero legitimado” quien ejercitara la acción civil, mediante la interposición de la correspondiente demanda frente a la aseguradora supuestamente responsable, bien la de responsabilidad civil del animal “culpable”, o la del seguro del automóvil del vehículo que se pretendía fuera la que “ocasionó” el accidente.
Para reclamar el valor por el fallecimiento del animal, estas operaciones precisaban de la participación de un veterinario, que decretaba la eutanasia sin comprobar la identidad del caballo ni realizar ningún tipo de prueba que justificara tal actuación, emitiendo posteriormente sus certificados de eutanasia con la sola manifestación de los solicitantes.
Son catorce los siniestros declarados durante los años 2013 y 2014 que han sido objeto de esta causa, siendo perjudicadas dos aseguradoras. Esto motivó una investigación a través de un detective privado, que posteriormente dio lugar a una denuncia ante el Seprona, que realizó el correspondiente atestado.
Los acusados pretendían reclamar indemnizaciones entre 24.000 y 30.000 € por cada uno de los caballos, que decían ser de pura raza española, cuando realmente los habían adquirido a bajo precio. Posteriormente, con la supuesta connivencia del veterinario, se certificaba una identidad sin comprobarla mediante el chip, y se valoraba muy por encima del precio de mercado, aludiendo a sus excelentes cualidades de doma, porte y apariencia física, que en muchos de los casos no existía. Incluso en uno de los casos, uno de los animales “sacrificados” ha aparecido vivo. La G. Civil también detectó falta de atención y cuidados de alguno de los equinos afectados, con estabulación, manejo y alimentación, no adecuadas.
Es por ello que la Ilma. Audiencia Provincial de Jaén condena a los condenados, en función de su participación, a diversas penas de prisión por delitos de estafa, maltrato animal, falsedad en documento oficial en el caso del veterinario, así como a la restitución de distintas cantidades que habían sido obtenidas en algunos de los casos.